Era un adolescente de 16 años
cuando entre a trabajar en ONDA, algo que desde muy niño siempre había soñado.
Siendo muy joven y por lo tanto
innexperiente de la vida, a golpes me fui haciendo en aquella que en definitiva
considere mi segunda casa. Como ya lo he contado en ocasiones anteriores, hubo
un momento que tuve la percepción de que el final era inminente y la necesidad
de un sustento seguro, más estable y menos problemático, con mucho pesar me
llevo a desvincularme de la Empresa.
Pero no obstante, siempre mantuve
ese vínculo afectivo hacia aquel gigante del que con tanto orgullo fui parte.
Hoy, las vueltas de la vida, me
han llevado por este camino del conocer y transmitir la historia de esta gran
Empresa y de alguna manera cumplir con develar en que circunstancias O.N.D.A.
S.A. físicamente desaparece. El trayecto ha sido muy duro y lleno de escollos y
por sobretodo con mucha oposición.
Fines de los 90s y principios de
los 2000s, intente un acercamiento con algunas instituciones que se decían
entusiastas del transporte y de los autobuses, creyendo que este podría ser un
buen medio para mantener viva la memoria de O.N.D.A. S.A. Tanto el CETCU como
otra que ni siquiera vale la pena mencionarla, que nació a partir de la
discordia, entendieron que ONDA era una empresa huérfana y de la cual no valía
la pena recordar ni mucho menos restaurar un ómnibus, que el interés estaba
enfocado en empresas que estaban operativas ya que estaban en condiciones de
colaborar y aportar, siendo que ONDA era tan solo un "fantasma" del
pasado. Como a buen entendedor pocas palabras bastan, me largue por cuenta
propia en esto que se me dio por llamar ARONDA.
En primer lugar trate de buscar
apoyo en ex compañeros, sobretodo en alguien que por su ubicación era bastante mediático,
se sumo con muchos reparos por temor al hecho de que hablar de ONDA le pudiese
significar el despido laboral, algo que por lo visto no era tan así cuando para
mi sorpresa lo vi hablando muy libremente de ONDA, haciendo uso de lo escrito
en mis publicaciones en aquellas muestras del Museo de la Memoria, siendo que
aún estaba en actividad. Por otra parte era llamativamente insistente en decirme que
del “cierre” de ONDA no había que hablar ya que se prestaba para reabrir
heridas que según él, por suerte habían sanado. Claro, obviamente quería
reservarse la exclusividad de ese tema para si mismo, en lo que iba a ser un
libro que iba a llevar como título “Velocidad Máxima Autorizada” , que por lo
poco que pude ver del borrador apuntaba enfáticamente a la interna de la
empresa como causa principal del cierre, pero nada acerca de las decisiones
políticas que llevaron a ONDA a ese encajonamiento sin salida posible.
Después se quiso sumar a la idea
el “botijita” de Colonia, que termino por mostrar la hilacha de que realmente
su aspiración ha sido la de pretender ser un referente, nada más alejado de la
realidad cuando una cosa es tener puesta y defender la camiseta y otra es lucirla para beneficio propio sin que haya merito que lo justifique.
Los más leales y fieles amigos,
en esos momentos, fueron Felix Sarciada y Eduardo Ugarte.
Y así fueron surgiendo otros
nuevos interesados en hablar de la popular ONDA, como lo fue el libro del
Ginecólogo, que por cierto no fue otra cosa que un relato de disparates, con el
desconocimiento propio de alguien ajeno a la empresa pero con derecho a emitir
infundadas opiniones, algo que ha sido muy de moda y que desgraciadamente así
continua.
Llegue a comprender que la clave
era el tan misterioso cierre de la Empresa, motivo de cruce de acusaciones,
tanto a Directores, Accionistas y a quienes fuimos Empleados y entendí que
alguien debía encarar y meterse en ese agujero negro del cierre para así
preservar de manera más saludable la historia de la gran empresa que fue ONDA.
No fue fácil, ya que en esa cruzada tuve que enfrentarme a una férrea oposición
y enemistarme con mucha gente, quedando prácticamente solo.
Para colmo de males, se llego al
punto MACABRO de recordar a O.N.D.A. S.A. por una tragedia, por quizás el peor
de los accidentes de la historia del transporte, pero no es así nomas que se
llego a tan MACABRA acción encubierta de una falsa nostalgia, tal fue lo burdo
de la situación, que disfrazaron un bus con la mecánica de un PD-4101 con la
carrocería de un 4103, carrocería de un autobús que O.N.D.A. S.A. adquirió en
condición de usado, 6 años después de que ocurrió tan lamentable tragedia, o
sea, ese “franskensbus” que supuestamente termino el viaje que no pudo concluir
en 1955, tiene una carrocería que estaba muy lejos de San Ramón, estaba en Estados Unidos al momento de que se
produjo tan lamentable accidente.
Por otra parte resulta muy llamativo,
el desprolijo disfraz de muchos vehículos con los logos de ONDA, varios de los
cuales nada tuvieron que ver con la empresa y que ninguno gestione la categoría
de “vehículo histórico” ante la Comisión del Patrimonio Histórico de la Nación y
claro eso tiene una explicación, porque a pesar de los beneficios y
exoneraciones que genera la categoría de “vehículo histórico” (tal como se hizo con el Aclo 130 de CUTCSA y
el Chevrolet 22 de COPSA), esto impide el lucro con los mismos. Recordemos que
el disfrazado de protagonista de la lamentable tragedia, se uso para la venta
de tortas fritas y que aquellos vehículos que se venden pintarrajeados de ONDA,
así la librea sea una desprolijidad absoluta, adquieren un importante sobrevaluado valor de
mercado. De ahí entonces mi tenaz oposición a la existencia de los mismos, ya
que no representan a la empresa, conscientes o no, sus propietarios están
obstaculizando cualquier intento de resucitación de la empresa, por compleja que pueda parecer no es imposible, tampoco ninguno
se presta para difundir la “ilegalidad” de los sucesos que llevaron al
inevitable cese de actividades de O.N.D.A. S.A.. Por lo tanto están haciendo un
uso irrespetuoso de algo que no les pertenece.
Al parecer, todo esto ha tenido
la “bendición”, por decirlo de alguna manera, de quien fuese el último ex
Gerente General, el Sr. Victorica, quien ha hecho comentarios muy nefastos
contra el Directorio que lo nombro en el cargo y que en ocasiones menciona que
se le quedo debiendo mucha plata por, según él, decisión de la Directiva de la
Empresa. Sin embargo, según se desprende de un documento del expediente de
liquidación judicial de O.N.D.A. S.A., el Sr. Victorica habría hecho efectivo
el cobro de 56 mil dólares. ¿Qué le quedaron debiendo entonces? Públicamente,
en una ocasión le pedí al Sr. Victorica que cesara en sus hostilidades hacía el
Directorio de ONDA, que esa actitud dejaba muy mal parada la imagen de la
Empresa.
El hipnotismo que generan los
vehículos disfrazados de ONDA, han llevado a que mucha gente se alinee a ideas
que no son reflejo de ninguna realidad, cuando por ahí veo que muchos hablan de
Empresa Mal Administrada, no tienen ni la más mínima idea de lo que dicen o
repiten como loros, ya que no se precisa ser muy inteligente para darse cuenta
que una empresa a la que se la sometió a pérdida de mercado y se la obligo a
trabajar con altos costos operativos, sin ningún tipo de subsidio, no hay “Mago”
que la pueda hacer rentable.
Por suerte, gracias a Dios, hubo
quienes comprendieron mis intenciones de contrarrestar ese constante acto de
degradación de la imagen de mi muy querida O.N.D.A. S.A. y alguien a quien
considero un gran amigo, Alvaro Barbero, me facilito mucha documentación que me
ayudo a entender y comprobar de cómo O.N.D.A. S.A. fue una víctima
desafortunada de las circunstancias que se fueron dando a partir del Gobierno
de la Dictadura.
La he venido remando contra la
corriente todo este tiempo, con aciertos y con errores como cualquier ser humano, pero con la frente en alto y con la conciencia
tranquila de que estoy haciendo lo correcto, claro que podría haber sido más
lindo ignorar la verdad, seguir amigo de todo el mundo y hasta de vez en cuando
subirme a un GM disfrazado de ONDA, pero
no podría dormir tranquilo en las noches sabiéndome un hipócrita que hasta se
miente a si mismo.
Muchos han tenido una fugaz
pasantía en este que ha sido mi peregrinar con ONDA, recientemente el amigo y
ex compañero Luis Ignacio Benedetto, más conocido como “Travolta”, reiteradamente, en facebook, me ha demostrado su apoyo y
hasta me ha dado su aliento para que continúe en esta cruzada de “destapar
tarros”, como él lo dice, lo cual se lo agradezco mucho y me lleva a pensar que
hay quienes, aunque haya muchos que no lo demuestren tan efusivamente, realmente están tan interesados como lo he estado siempre yo de
saber, cómo y por qué, nuestra querida ONDA fue sentenciada a desaparecer ya que a
todas luces, por lo que se desprende de los documentos, los de adentro no
fuimos tan responsables, como muchos nos pretenden mal juzgar, sino que la
sentencia vino de afuera de la Empresa y tuvo como origen aquel “Cónclave” de
1973 en Colonia Suiza y que por razones que todavía no se comprenden bien, esa
sentencia se mantuvo firme en los 18 años subsiguientes.
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