miércoles, 23 de febrero de 2022

MI MUY QUERIDA O.N.D.A. S.A.

 


Era un adolescente de 16 años cuando entre a trabajar en ONDA, algo que desde muy niño siempre había soñado.

Siendo muy joven y por lo tanto innexperiente de la vida, a golpes me fui haciendo en aquella que en definitiva considere mi segunda casa. Como ya lo he contado en ocasiones anteriores, hubo un momento que tuve la percepción de que el final era inminente y la necesidad de un sustento seguro, más estable y menos problemático, con mucho pesar me llevo a desvincularme de la Empresa.

Pero no obstante, siempre mantuve ese vínculo afectivo hacia aquel gigante del que con tanto orgullo fui parte.

Hoy, las vueltas de la vida, me han llevado por este camino del conocer y transmitir la historia de esta gran Empresa y de alguna manera cumplir con develar en que circunstancias O.N.D.A. S.A. físicamente desaparece. El trayecto ha sido muy duro y lleno de escollos y por sobretodo con mucha oposición.

Fines de los 90s y principios de los 2000s, intente un acercamiento con algunas instituciones que se decían entusiastas del transporte y de los autobuses, creyendo que este podría ser un buen medio para mantener viva la memoria de O.N.D.A. S.A. Tanto el CETCU como otra que ni siquiera vale la pena mencionarla, que nació a partir de la discordia, entendieron que ONDA era una empresa huérfana y de la cual no valía la pena recordar ni mucho menos restaurar un ómnibus, que el interés estaba enfocado en empresas que estaban operativas ya que estaban en condiciones de colaborar y aportar, siendo que ONDA era tan solo un "fantasma" del pasado. Como a buen entendedor pocas palabras bastan, me largue por cuenta propia en esto que se me dio por llamar ARONDA.

En primer lugar trate de buscar apoyo en ex compañeros, sobretodo en alguien que por su ubicación era bastante mediático, se sumo con muchos reparos por temor al hecho de que hablar de ONDA le pudiese significar el despido laboral, algo que por lo visto no era tan así cuando para mi sorpresa lo vi hablando muy libremente de ONDA, haciendo uso de lo escrito en mis publicaciones en aquellas muestras del Museo de la Memoria, siendo que aún estaba en actividad. Por otra parte era llamativamente insistente en decirme que del “cierre” de ONDA no había que hablar ya que se prestaba para reabrir heridas que según él, por suerte habían sanado. Claro, obviamente quería reservarse la exclusividad de ese tema para si mismo, en lo que iba a ser un libro que iba a llevar como título “Velocidad Máxima Autorizada” , que por lo poco que pude ver del borrador apuntaba enfáticamente a la interna de la empresa como causa principal del cierre, pero nada acerca de las decisiones políticas que llevaron a ONDA a ese encajonamiento sin salida posible.

Después se quiso sumar a la idea el “botijita” de Colonia, que termino por mostrar la hilacha de que realmente su aspiración ha sido la de pretender ser un referente, nada más alejado de la realidad cuando una cosa es tener puesta y defender la camiseta y otra es lucirla para beneficio propio sin que haya merito que lo justifique.

Los más leales y fieles amigos, en esos momentos, fueron Felix Sarciada y Eduardo Ugarte.

Y así fueron surgiendo otros nuevos interesados en hablar de la popular ONDA, como lo fue el libro del Ginecólogo, que por cierto no fue otra cosa que un relato de disparates, con el desconocimiento propio de alguien ajeno a la empresa pero con derecho a emitir infundadas opiniones, algo que ha sido muy de moda y que desgraciadamente así continua.

Llegue a comprender que la clave era el tan misterioso cierre de la Empresa, motivo de cruce de acusaciones, tanto a Directores, Accionistas y a quienes fuimos Empleados y entendí que alguien debía encarar y meterse en ese agujero negro del cierre para así preservar de manera más saludable la historia de la gran empresa que fue ONDA. No fue fácil, ya que en esa cruzada tuve que enfrentarme a una férrea oposición y enemistarme con mucha gente, quedando prácticamente solo.

Para colmo de males, se llego al punto MACABRO de recordar a O.N.D.A. S.A. por una tragedia, por quizás el peor de los accidentes de la historia del transporte, pero no es así nomas que se llego a tan MACABRA acción encubierta de una falsa nostalgia, tal fue lo burdo de la situación, que disfrazaron un bus con la mecánica de un PD-4101 con la carrocería de un 4103, carrocería de un autobús que O.N.D.A. S.A. adquirió en condición de usado, 6 años después de que ocurrió tan lamentable tragedia, o sea, ese “franskensbus” que supuestamente termino el viaje que no pudo concluir en 1955, tiene una carrocería que estaba muy lejos de San Ramón, estaba en Estados Unidos al momento de que se produjo tan lamentable accidente.

Por otra parte resulta muy llamativo, el desprolijo disfraz de muchos vehículos con los logos de ONDA, varios de los cuales nada tuvieron que ver con la empresa y que ninguno gestione la categoría de “vehículo histórico” ante la Comisión del Patrimonio Histórico de la Nación y claro eso tiene una explicación, porque a pesar de los beneficios y exoneraciones que genera la categoría de “vehículo histórico”  (tal como se hizo con el Aclo 130 de CUTCSA y el Chevrolet 22 de COPSA), esto impide el lucro con los mismos. Recordemos que el disfrazado de protagonista de la lamentable tragedia, se uso para la venta de tortas fritas y que aquellos vehículos que se venden pintarrajeados de ONDA, así la librea sea una desprolijidad absoluta, adquieren un importante sobrevaluado valor de mercado. De ahí entonces mi tenaz oposición a la existencia de los mismos, ya que no representan a la empresa, conscientes o no, sus propietarios están obstaculizando cualquier intento de resucitación de la empresa, por compleja que pueda parecer no es imposible, tampoco ninguno se presta para difundir la “ilegalidad” de los sucesos que llevaron al inevitable cese de actividades de O.N.D.A. S.A.. Por lo tanto están haciendo un uso irrespetuoso de algo que no les pertenece.

Al parecer, todo esto ha tenido la “bendición”, por decirlo de alguna manera, de quien fuese el último ex Gerente General, el Sr. Victorica, quien ha hecho comentarios muy nefastos contra el Directorio que lo nombro en el cargo y que en ocasiones menciona que se le quedo debiendo mucha plata por, según él, decisión de la Directiva de la Empresa. Sin embargo, según se desprende de un documento del expediente de liquidación judicial de O.N.D.A. S.A., el Sr. Victorica habría hecho efectivo el cobro de 56 mil dólares. ¿Qué le quedaron debiendo entonces? Públicamente, en una ocasión le pedí al Sr. Victorica que cesara en sus hostilidades hacía el Directorio de ONDA, que esa actitud dejaba muy mal parada la imagen de la Empresa.

El hipnotismo que generan los vehículos disfrazados de ONDA, han llevado a que mucha gente se alinee a ideas que no son reflejo de ninguna realidad, cuando por ahí veo que muchos hablan de Empresa Mal Administrada, no tienen ni la más mínima idea de lo que dicen o repiten como loros, ya que no se precisa ser muy inteligente para darse cuenta que una empresa a la que se la sometió a pérdida de mercado y se la obligo a trabajar con altos costos operativos, sin ningún tipo de subsidio, no hay “Mago” que la pueda hacer rentable.

Por suerte, gracias a Dios, hubo quienes comprendieron mis intenciones de contrarrestar ese constante acto de degradación de la imagen de mi muy querida O.N.D.A. S.A. y alguien a quien considero un gran amigo, Alvaro Barbero, me facilito mucha documentación que me ayudo a entender y comprobar de cómo O.N.D.A. S.A. fue una víctima desafortunada de las circunstancias que se fueron dando a partir del Gobierno de la Dictadura.



La he venido remando contra la corriente todo este tiempo, con aciertos y con errores como cualquier ser humano,  pero con la frente en alto y con la conciencia tranquila de que estoy haciendo lo correcto, claro que podría haber sido más lindo ignorar la verdad, seguir amigo de todo el mundo y hasta de vez en cuando subirme a un GM  disfrazado de ONDA, pero no podría dormir tranquilo en las noches sabiéndome un hipócrita que hasta se miente a si mismo.  

Muchos han tenido una fugaz pasantía en este que ha sido mi peregrinar con ONDA, recientemente el amigo y ex compañero Luis Ignacio Benedetto, más conocido como “Travolta”,  reiteradamente, en facebook, me ha demostrado su apoyo y hasta me ha dado su aliento para que continúe en esta cruzada de “destapar tarros”, como él lo dice, lo cual se lo agradezco mucho y me lleva a pensar que hay quienes, aunque haya muchos que no lo demuestren tan efusivamente, realmente están tan interesados como lo he estado siempre yo de saber, cómo y por qué, nuestra querida ONDA fue sentenciada a desaparecer ya que a todas luces, por lo que se desprende de los documentos, los de adentro no fuimos tan responsables, como muchos nos pretenden mal juzgar, sino que la sentencia vino de afuera de la Empresa y tuvo como origen aquel “Cónclave” de 1973 en Colonia Suiza y que por razones que todavía no se comprenden bien, esa sentencia se mantuvo firme en los 18 años subsiguientes.  


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