"Deseo hacer un somero resumen de por qué ONDA durante tantos años ha buscado una solución y no la ha logrado. El escollo principal ha sido la banca.
En un principio, firmamos la refinanciación dejando constancia a la vez, cuando nos obligaron a hacerlo, de que de ninguna manera podíamos pagar a todos y cada uno de los representantes de los bancos. Lo hicimos en el entendido que cuando llegase el momento del vencimiento, haríamos una nueva refinanciación, ya que como está planteada la que firmamos, es imposible poder cumplirla. Eso lo saben todos y cada una de las personas que estuvieron presentes en esa reunión, de quienes tenemos nombres y apellidos y que son los representantes de cada banco acreedor.
Nuestro deseo fue el de que esto no quedara en el aire, que estuviera plasmado de alguna manera, para que luego, pasado el tiempo, nos otorgaran esa nueva refinanciación. En tal sentido, solicitamos se nos hiciese un acuse de recibo en el que constara que habíamos firmado la refinanciación solicitada, pero que luego pediríamos otra porque nos sería imposible cumplir; lo que queríamos era que quedase alguna constancia por escrito de nuestra posición, sin embargo, la banca se negó a esa idea. Esto para nosotros era fundamental porque en ello estaba el compromiso asumido tanto por banca como por nosotros.
A tales efectos, reitero, tratamos de hacer una constancia notarial y así fue que asistió un escribano a una de las reuniones con los representantes de la banca, a fin de dejar constancia de cuáles eran los términos del acuerdo, es decir, que sucedería en el caso del vencimiento de los plazos establecidos. El acta notarial se llevó a cabo y en ella se puede constatar que los acreedores nos darían un nuevo plazo, aspecto del que después se olvidaron; dicha acta está debidamente protocolizada.
Desde 1984, en que fue electo el doctor Sanguinetti, hasta 1986, hemos peregrinado por un camino que se nos indicó y que era, precisamente, a través del Banco de la República, ante el que presentamos nuestros proyectos. Dicho banco, en tal oportunidad, nos expresó que para que estos proyectos pudieran tener viabilidad, es necesario que obtengan una quita importante de parte de la banca privada, que no debe ser inferior al 50%. Acto seguido, conversamos con representantes de la banca privada y logramos un poco más de lo que se nos había solicitado; obtuvimos el abatimiento del 50% de la deuda y del 100% de intereses y comisiones. Esto lo transmitimos a las autoridades del Banco de la República y éste nos manifestó que lo quería por escrito. Concurrimos nuevamente a hablar con los miembros de la banca privada y les pedimos una carta en la que constara lo acordado; nos fue entregado un documento en el que se expresa que, de acuerdo con lo estipulado se va a proceder con la empresa ONDA a una quita del 50% de su capital, más el 100% de intereses y comisiones. Presentamos esta carta ante el organismo que nos la solicitó y sus autoridades nos preguntaron cuántas unidades íbamos a traer al país. A ello contestamos que, llegado el momento en que el problema fuese solucionado, saldremos a buscar las unidades. Se nos respondió, entonces, que la solución ya existía y que se nos iba a conceder el crédito para poder comprar las unidades. Esto ocurrió en junio de 1986.
Seguidamente, nos dispusimos a salir a buscar unidades, fuimos a Brasil, a España, a Hungría y a Alemania, donde vimos coches nuevos y usados. Cuando volvimos, nos presentamos nuevamente ante el Banco de la República y expresamos la descripción de las unidades que íbamos a traer. Luego de esto, se produce una demora que dura un par de meses y en la que no nos dan ningún tipo de respuesta. En momento dado, se nos manifestó que estaban considerando el tema, sin tener ninguna otra novedad hasta que un día -- teniendo ya una salida definida -- nos citó el Señor Ministro de Transporte y Obras Públicas a una reunión, a la que concurrieron todos los miembros del Directorio de ONDA, para expresarnos que a partir de ahora serán asistidos por la Corporación Nacional para el Desarrollo. Para nosotros eso fue como que nos cayera un balde de agua helada, ya que ello implicaba volver a empezar con la resolución de este problema, y hacerlo con una institución que no conocía nada del asunto, que no conocía nuestra empresa y que además, como ya lo manifestó el Doctor Berro, no estaba interesada en ello; asimismo, tampoco había interés de parte de nuestra empresa en ser asistidos por la Corporación, en virtud de las condiciones que ella nos había impuesto tiempo atrás, es decir, que no había "afecto societatis", por lo que esto no se pudo canalizar. Con esto agoniza la etapa de tratativas con la Corporación y volvemos a nuevas conversaciones con el Banco de la República para lograr una salida..
Teniendo en cuenta que el encuentro con las autoridades del Banco de la República no se daba, paralelamente tratamos de recorrer otro camino, porque el tiempo pasaba y la flota se deterioraba, la competencia, además, va creciendo lo que nos lleva a la necesidad de salir a buscar soluciones.
Por otra parte, desde hacía mucho tiempo no tratábamos con los representantes de la banca privada, porque no teníamos dinero para ir a pagarles. Entonces, decidimos conversar nuevamente con ellos y manifestarles si estarían dispuestos a considerar el camino de la paga mediante la entrega de bienes; se nos respondió que sí, que era posible y que querían saber cuál era nuestra oferta. Queríamos saber simplemente si el camino era viable para esta propuesta, por lo que ahora les solicitamos un lapso para preparar dicha oferta y presentárselas. Así lo hicimos; les presentamos una fórmula de pago por entrega de bienes tanto a la banca privada como a la oficial y se nos contestó, sólo a través de sus líneas, que ello no era suficiente, sin tratar de buscar algún acercamiento.
Más tarde, hablamos con el Señor Presidente del Banco Central quien nos sugirió que hiciéramos una negociación independiente. Concurrimos ante los representantes de la banca privada a presentarles una oferta muy mejorada en relación con la anterior, a lo que en ese momento no se nos contestó nada. Sin embargo, tal como lo ha expresado el Doctor Berro, ahora se nos dice que ellos no admiten la forma de pago por entrega de bienes, pero busquen candidatos, tráigannos las ofertas y de a uno iremos resolviendo los problemas. Obviamente, esto no se puede hacer fuera de un convenio, ya que si les llevamos U$S 1:000.000, mañana pueden decirnos que eso alcanza para pagar los intereses y se acabó. Creemos que esto no es así; debemos saber cuánto vale lo que entregamos por el pago de la deuda.
Hemos perdido el tiempo y muy buena parte de la empresa en estos años, tratando de salvar el principal escollo que es la banca privada, ya que por lo demás tenemos esperanzas -- en tal sentido agradecemos la invitación que nos ha hecho esta Comisión -- y somos capaces de lograr una reestructura administrativa y de presentar un proyecto de empresa viable, siempre y cuando este tema pueda ser solucionado. A modo de ejemplo, debemos decir que en materia de repuestos estamos pagando en plaza cuatro veces más de su costo, porque no tenemos crédito para poder importarlos directamente. Esto tiene el agregado de que existen acaparadores de repuestos que, cuando saben que ONDA necesitará, por ejemplo, limpiaparabrisas, compra todos los que hay en plaza y luego fija el precio. Estos son detalles que queríamos que Ustedes conocieran.”
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